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Jueves, 16 de Diciembre de 2004 16:24

Sholomo Ben Ami, Sami Nair y Fernando Vallespín debaten sobre el diálogo entre civilizaciones en la apertura del I Congreso de Educación Intercultural

G.C. - C.M.
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La necesidad de sentar las bases sobre las que articular un diálogo entre las civilizaciones y el importante papel que en ello están llamados a desempeñar los educadores constituyó el núcleo central sobre el que se centró esta mañana la jornada inaugural del I Congreso Internacional de Educación Int
ercultural que, organizado por Fete-UGT en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Junta de Andalucía, la Diputación, el Ayuntamiento y la Universidad de Córdoba, se desarrollará virtualmente hasta el mes de mayo en el que toda la información y aportaciones realizadas confluirán los días 13,14 y 15 en unas jornadas presenciales a celebrar en la capital cordobesa.

El objetivo principal de todo este esfuerzo es, según manifestó el secretario provincial de UGT, Antonio Fernández, en la presentación llevada a cabo esta mañana en el salón de columnas del Rectorado, conocer las experiencias que en este sentido se están desarrollando en distintos países y elaborar con ellas unas conclusiones que emanen de Córdoba como ciudad paradigmática de convivencia armónica entre civilizaciones.

Junto a Fernández asistieron a la presentación la vicerrectora de Relaciones Institucionales e Internacionales, Margarita Clemente, el teniente de alcalde de Cultura Luis Rodríguez, la vicepresidenta de la Diputación, Claudia Zafra, la delegada de Igualdad, Soledad Pérez, y el subdelegado de Gobierno Jesús Ruiz. Todos ellos subrayaron en sus intervenciones la oportunidad de esta iniciativa y de aglutinar esfuerzos para favorecer una educación que posibilite espacios de encuentro y de reconocimiento entre culturas para superar desigualdades y facilitar la paz y la convivencia.

Unas cincuenta personas asistieron a la reunión inicial en la que fue leído un mensaje del presidente del Parlamento Europeo, Jose Borrell , quien afirmó que estas jornadas "convierten a Córdoba en un importante actor en el debate global sobre el multiculturalismo, la educación intercultural y la nueva ciudadanía, devolviéndola al centro del pensamiento". Borrell apoyó la idea de "alianza de civilizaciones" propugnada por el presidente español Rodríguez Zapatero considerando que los intercambios entre culturas diversas hará posible la colaboración y la convivencia entre culturas plurales que respeten sus identidades respectivas. "Desde estas jornadas, añadió, deben articularse las bases de una educación cívica intercultural y antirracista para que una sociedad democrática dote a su alumnado de instrumentos y respuestas ante los retos de un mundo globalizado".

Tras esta lectura se dio paso a un mensaje por videoconferencia del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, quien abundó en estas ideas y en la construcción de un espacio cultural "donde la diversidad se vea como una riqueza y no como un factor de discriminación y enfrentamiento". Para ello consideró preciso que los enseñantes transmitan una visión honesta del mundo, comprometida con los derechos humanos y los valores democráticos.

La jornada se completó con un debate sobre la relación entre las civilizaciones occidental, judía y musulmana en el que participaron Sholomo Ben Ami - ex ministro de Asuntos Exteriores israelí - Sami Nair - eurodiputado francés y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de París- y Fernando Vallespín , catedrático de Ciencia Política de la Autónoma de Madrid. Todos ellos partieron en sus planteamientos de las ideas expresadas por Francis Fukuyama y Samuel Huntington en sus libros " El fin de la Historia" y " El choque de las civilizaciones". Ben Ami consideró que toda solución que no pase por asumir que encerrarse " en el propio ghetto" significa perpetuar el conflicto " nos lleva a la perdición". Desde esta perspectiva repasó la historia judía considerando que la Biblia no es un documento tolerante y que uno de los problemas principales del judaísmo es cómo desligarse de sus preceptos sin abandonar lo que hay de fundamental en el mensaje bíblico.

Por suparte Sami Nair manifestó que lo que caracteriza el diálogo entre las civilizaciones es precisamente el reconocimiento del otro en su especificidad y singularidad y el convencimiento de que nadie guarda en si mismo todas las claves para entender los problemas del mundo. El choque deriva precisamente de creer que unos han encontrado la verdad o la solución definitiva para la construcción de la sociedad y que quienes no se avienen a ellas deben ser combatidos. La única posibilidad para conseguir esa armonía no radica, en su opinión, " ni en la acción política, ni en la de los medios de comunicación, sino en una escuela que transmita los valores de la convivencia desde la razón y sin prejuicios".

Por último Fernando Vallespín señaló cómo las fuentes de conflictividad se han ido desplazando desde los problemas de distribución de recursos a los identitarios y consideró que ello deriva de que en la actualidad, y como consecuencia de la globalización, las situaciones de diversidad cultural se dan en un marco de interdependencia entre culturas dentro del cual cada una de ellas tiende a buscar y reafirmar su propia cohesión interna. Vallespín consideró cada realidad cultural como inconmesurable respecto de las demás, de forma que " no es posible converger sobre conceptos del mundo distintos", proponiendo una búsqueda de consensos " por superposición", articulando espacios sobre aquellos principios que puedan ser compartidos y tendiendo puentes a través de la tolerancia.