Viernes, 15 de Febrero de 2008 11:45

Alberto Manguel: 'La lectura empieza siendo un acto egoísta que termina siendo generoso'

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El escritor canadiense Alberto Manguel (Buenos Aires, Argentina, 1948) ha ofrecido esta tarde una conferencia en el Salón Mudéjar del Rectorado de la Universidad de Córdoba en la que ha reivindicado la importancia de la lectura como fuente de entretenimiento. Bajo el título "Placeres de la lectura", Manguel ha articulado una charla trufada de citas, reflexiones y anécdotas en la que estuvo acompañado por el vicerrector de Estudiantes y Cultura, Manuel Torres, y el director general de Cultura de la UCO, Octavio Salazar.

Alberto Manguel ha asegurado que "la lectura empieza siendo un acto egoísta que termina siendo generoso", por aquello de que el lector disfruta para sí de un libro, pero puede enriquecer a los demás gracias a ello precisamente. Además, ha señalado que no todos los libros están escritos para todo el mundo, ya que uno de los lemas del buen lector debe ser el clásico "sobre gustos no hay nada escrito".

El ponente, que cuenta con más de 50.000 libros, ha puesto como ejemplo de biblioteca ideal la que llevó a la práctica el alemán Aby Warburg. Éste hijo de banqueros que vivía en Hamburgo estaba destinado a heredar el negocio familiar por su primogenitura, que finalmente vendió a su hermano menor a cambio de que éste le comprara durante su vida todos los libros que quisiera. "La biblioteca de Warburg tenía forma elíptica para que la distribución de los libros no tuviera una ruptura en su continuidad", ha explicado Manguel. Warburg, además, fue inventor de leyes para el lector, exponiendo, por ejemplo, la ley del buen vecino, que dice que "la información que buscamos en un libro se encuentra siempre en el libro de al lado".

Alberto Manguel ha concluido su ponencia valorando la incompatibilidad de determinados escritores a la hora de ser traducidos. En este sentido, ha puesto como ejemplo el caso del célebre inicio de El Quijote, que en inglés "no puede escribirse ni pronunciarse igual". Respecto al idioma inglés, ha declarado que "está perdiendo fuerza imaginativa" por su institucionalización. "Un antecedente podría ser el latín, que perdió peso al final del Imperio romano a favor de las nuevas lenguas autóctonas", ha manifestado.
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