Miércoles, 23 de Septiembre de 2009 13:38

El investigador Carlos Duarte realza el valor de los océanos como fuente de alimentación, energía y fármacos en el Seminario sobre Periodismo y Medio Ambiente.

G.C. - C.M.
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La continuidad de los océanos no corre peligro, pero sí la predominancia de las especies que hoy por hoy los habitan. Con esta conclusión ha cerrado hoy el primer diálogo prensa-ciencia Carlos Duarte, presidente de la Sociedad Americana de Oceanografía y Limnología, en el marco del XII Seminario Internacional de Periodismo y Medio Ambiente. Guiado por los interrogantes del periodista Gustavo Catalán, este científico ha reflexionado sobre cuestiones como el cambio climático, la investigación o la presión política y económica que giran en torno a los océanos.

"Esta parte azul de nuestro planeta es cuna de la vida, desde su aparición hace 3.500 millones de años con las cianobacterias, pero también es su futuro", ya que no sólo alberga una importante fuente de alimento sino que, además, encierra el "90% de la riqueza genómica presente en el mundo, de gran valor en el mercado", señaló el científico.


Frente a esta importancia, el área protegida con la que cuentan los océanos asciende a un 0,1% de su superficie, frente al 10% de la terrestre. Una situación que, bajo el punto de vista de Carlos Duarte, se debe principalmente a que "no se han definido hasta ahora las responsabilidades sobre el territorio acuático, tanto en lo referente a la explotación de sus recursos como en sus tesoros científicos".

"Los océanos cuentan con millones de genes que se pueden patentar, cosa que ya están haciendo determinados países con grandes recursos, pero debemos plantearnos si ese material es un bien común de la humanidad y qué derecho tienen los países al respecto", afirma el investigador. En este sentido, Duarte apostó por la necesidad de acuerdo en la comunidad internacional, ante el fracaso de la Ley del Mar, de cara a solventar las lagunas de gobernación relacionadas con la "gestión de un ecosistema que es presente y futuro".


Otro de los puntos sobre los que quiso incidir el periodista Gustavo Catalán en su diálogo con Carlos Duarte estuvo relacionado con la investigación que se viene desarrollando en materia oceánica. En este punto, el científico destacó los altos costes que supone el estudio marino y el gran desconocimiento social sobre la materia, lo que se traduce en "menos conciencia de la importancia de conocer este medio, que ha su vez conlleva en que haya menos investigadores interesados y menos financiación para trabajar".


Una de las consecuencias de este poco interés tradicional por el entorno marino, la encontró el investigador en el poco desarrollo de la acuicultura. "En el océano todavía seguimos explotando por recolección y caza, tal y como lo hacían hace 10.000 años nuestros ancestros con la ganadería y la agricultura" apuntó, aunque se mostró optimista ante la buena evolución tecnológica.


"Dentro de unas décadas verán cómo a finales del siglo XX se inició la domesticación de los océanos", según concluyó el experto, no sólo para solventar el cuello de botella de la alimentación, sino también el de la limitación de agua y el de la producción de energía. En relación a este último punto, Duarte apostó por el océano como fuente de energía, de forma que al igual que hace siglos se usaban molinos impulsados por agua para moler, "una turbina en el Estrecho de Gibraltar podría proporcionar energía suficiente para toda Europa".


Durante los últimos minutos de su intervención, Duarte realizó una llamada de atención sobre el cambio climático y las consecuencias derivadas del deshielo polar. Y es que la pérdida de hielo en determinados puntos del planeta no sólo afectan desde un punto de vista ambiental, también lo hacen en el ámbito social y político. A las nuevas rutas en Siberia o el norte de Canadá le siguen intereses sobre laapertura de explotaciones petrolíferas. "La situación en la que se está entrando empieza a generar conflictos, sobre todo económicos, y prga)
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